lunes, noviembre 05, 2007
(LA HISTORIA DEL ÚNICO HUEMUL BLANCO Y SU LUCHA CONTRA EL MALVADO SR. MATTE, VILLANO QUE QUIERE DESTRUIR LA PATAGONIA CON MEGA CENTRALES HIDROELÉCTRICAS)


De inmediato terminado el turno de K-rréh, Shalú la diosa de la lluvia se acercó húmeda y juguetona. Ella era una eterna enamorada, y su corazón aún no se decidía por Kox (Dios del mar), al cual siempre regresaba para sentirse vasta, y Shenú (Dios del viento), el cual la llevaba de viajes a parajes idílicos, con K-rrén las relaciones eran más bien tensas.
Shalú usaba un velo de novia que era de gotas de espuma de cascada. Cuando hubo retirado de su rostro aquel velo, huemulito Josh pudo atisbar de reojo que su cara estaba formada por bellas gotas de rocío que provenían de todas las flores, y el aroma y brillo que refulgían, hacían parecer su rostro como una bella gema preciosa.

- Hola querido Hosh – dijo Shalú con una voz timbrante y nieblosa – Yo ahora te concederé un poder, y el mío será fantástico y sobrenatural. Mira mi Josh, yo siempre he querido que exista una criatura con la capacidad de transformarse.

Mientras Shalú hablaba todos los otros Dioses se miraban como inquiriendo en el poco atinado poder con el que Shalú estaba dotando al Huemulito. Entonces Shalú se percató y se dio media vuelta y dijo.
- Miren, ya sé que para ustedes yo soy una tonta – al minuto que Shalú se ponía más y más triste. – Pero este es mi poder y nadie me dirá que hacer o qué darle a huemulito Hosh.

Entonces reventó en llanto y todo el bosque se sumergió en una lluvia suave y melancólica. Calafate miró a todos con cara de enojo y dijo:
- No quiero que miren más a Shalú como un espíritu inferior, ya que yo sin ella no soy nadie. Además, que ella sea más emocional y espiritual, que los demás, no quiere decir que sea menos, quizás su poder realmente será el más útil de todos.
-
Ya cuando todos medios avergonzados pidieron disculpas, Shalú apareció, pero con una cara de melancolía. Calafate viendo que nadie atinaba llamó:
- ¡ya pú! Kox dale tú ahora.

Kox el Dios del mar, el cual poseía muchos nombres, era un ser con una barba y cabello como las algas de cochayuyo, y tenía un trineo tirado por toninas, con los cuales patrullaba los océanos en busca de Hoshil, que capturaban y cazaban a sus criaturas más preciadas, las ballenas.
Kox sacó una caracola que llevaba en una bolsita de coral que había traído desde los mares tropicales y se la puso al huemulito Hosh en el oído.
- ¿Escuchas?, ese soy yo, es mi voz, es mi espíritu, mi eco en la vastedad. Así que cuando te encuentres desamparado, tan sólo escucha mi canto y entonces podrás tranquilizarte. También tendrás el poder de avisarme cuando me necesites a través de todos los seres del mar. – Le dijo cariñosamente Kox.

Hosh Jr. tomó cariñosamente la caracola y la dejó en un lugar entre los árboles del bosque bien resguardada. Finalmente calafate se acercó para entregarle el último de los dones, para que así Hosh estuviese preparado contra las maquinaciones mercantilistas de los humanos. En apenas un tiempo relativamente corto, este ser debía cambiar el destino de los Hoshil, que deseaban destruir sin meditar, sobre lo que estaban dañando.
Calafate tenía la cara iluminada de alegría, se percibía un aura de candor y amor. Se agachó hasta quedar frente a Huemulito Hosh y le profirió:
- Mira, antes te dije que tú además de tener poderes para salvar a tu especie, tendrás una gran responsabilidad. Para este trabajo que deseo que me ayudes, se debe ser valiente y sagaz. Claro está, que antes de llevarlo a cabo, recibirás un entrenamiento. Por tal razón yo no te daré un poder sobrenatural, sino que te daré amigos con los que realizarás la misión. Debes procurar crear grandes lazos de nobleza, virtud, valentía, sinceridad, y sobre todo de amor. Ellos son: Sheit, la lechuza, sus ojos te guiarán en la noche. Es enojona, pero muy bondadosa. Chax, el cóndor, el te dirá los mejores pasos, para cruzar los cordones montañosos. No habla mucho y le gusta hacer yoga volando. Keyaishk, el cormorán imperial. Es parlanchín y te dirá todo sobre los lagos de la región. Toquem, el zorro. Es escurridizo y travieso. Deja que haga contacto con los Hoshil, es más difícil que lo atrapen, y por último está Tión, el picaflor. Es hiperquinético, hiperactivo, y tiene déficit atencional (O sea no pesca mucho cuando le hablan), pero si le pones una de sus flores preferidas, como el Chilco, se derrite por el néctar y te hace caso. Lo bueno es que puede explorar un terreno en cosa de segundos. – entonces Calafate se preparó para anunciarle la misión encomendada a Huemulito Hosh.


PD: lean por favor...
 
posted by Vicente Moran at 11:26 p. m.
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