sábado, agosto 18, 2007

Cuando comencé a transcribir esta mierda que ahora le envío, lamentablemente no pude hacerlo en un lugar tranquilo y apartado del ruido asqueroso que me distraía en el momento.
Lo transcribí tal cual lo escribí, no pude adornarlo ni echar a volar mi imaginación como correspondía. No puedo dejar de lado además, que leerlo, repensarlo y revivirlo de algún modo, me hizo mascar chicle un rato y el famoso nudo en la garganta y las lágrimas imaginarias invadieron mi ser de hembra hormonal.
Tomé como decisión, que por fines de rating y de sanidad mental, intentaré hacer una especie de giro melodramático chistoso a todo esto. En la medida de lo posible y siempre que el tiempo y la inspiración me lo permitan. Ahora, lloraré sin parar una semana, hasta que se me pase este malestar huevón que toda mujer ha sentido alguna vez.
De eso, estoy segura.

DIA 3

Hice mi trabajo como enajenada al otro día, después de una sesuda reunión técnica con varios colegas. La sensación de lo sucedido el día anterior, se desdibujaba en mi interior con el correr del día, sin embargo, recobró todos los colores poco a poco, incluso el negro, que algunos dicen que no es color, sino ausencia total de luz; así como el blanco sería presencia de luz o de todos los colores, es decir, luminosidad total. Cuando llegué a casa por la noche y revisé el único correo electrónico que era importante para mí en ese momento, que al ritmo de "tengo , una boca rosa, quien me la quiere comprar, tengo unos labios rojos, que están locos por besar. Y tú, hombre necio…" decía más o menos así: "Asunto: Cuestión de tiempo v/s distancia

Hola mi querida Franca Elesiet:

Anoche cuando partiste, medité mucho lo sucedido y todavía no le encuentro una explicación, ni se la quiero encontrar, disfruté mucho tu presencia al igual que lo mucho disfrutamos cuando nos conocimos, sólo deseo ahora mismo vivir el momento y si la vida me permite reunirme contigo de nuevo lo haré, pero no forzaré situaciones, solo el tiempo y la distancia nos dará la explicacion a nuestras preguntas, espero estés bien y que hayas llegado con bien a tu casa, yo estoy ya en la mía, un poco cansado pero no quise irme a recostar sin enviarte este caluroso saludo y que sepas que estaba pensando en ti y en lo mucho que me hiciste sentir, pido a Dios que nos permita vernos de nuevo y que sea más intenso todavía, bueno amiga espero saber pronto de ti,

Te quiere y piensa mucho Carlos.

Ya prácticamente no era consciente de los latidos de mi corazón, que galopaban a velocidades desconocidas para mi, presa de encanto y de ilusión.
Los días pasaron raudos y yo, mujer aún, cumpleañera, me di el gusto de celebrar mi cuarto de siglo de una manera increíble. Hombres maravillosos a mi alrededor, sustancias chistosas, conciencia emancipada y ajena a lo que varios kilómetros más allá, me esperaba cada vez más enhiesto y belicoso.
Con mensajes del tipo "Asunto: Miradas y sonrisas. Hola ya me encuentro reincorporado a mis labores cotidianas, tratando de desenredar estos papeles sobre mi escritorio, ahora mismo experimento una sensación de gozo y tristeza, por lo que viví y por lo que no tengo ahora mismo, pero hay que seguir viviendo a pesar de todo y hay que sacrificar situaciones para que a la hora de la cosecha, sea abundante. Yo estoy seguro que nos volveremos a ver y me da un poco de miedo por que ha sido demasiado intenso lo vivido y me imagino que será aún mas, por que la distancia despierta aún más todo eso, o la apaga, que espero en nuestro caso no sea así. Trata por favor de no perder el contacto, dime cuales son las horas que estas en tu casa para llamarte, tú me diste el número, si tienes algún otro número como de celular mejor y diculpa si soy demasiado intrépido, no quiero que se vean afectadas tu labores con la tesis que es muy importante que la sustentes, los estudios y los conocimientos te harán mas libre.
Todavía guardo vivo en mi mente cuando íbamos caminando después de la discoteca agarrados de la mano como dos enamorados, hacia el hotel, fue todo tan mágico, que aun se me pone la piel de gallina, te digo la verdad no había vivido esto antes te lo puedo asegurar, así tan intenso no, sentía que el corazón se salía de mi pecho al igual que sentí el tuyo latir a su máxima capacidad. Gracias amigo y mil veces gracias por llegar ese día a la discoteca, marcó nuestras vidas y espero que sea para siempre.
Me despido con un hasta luego,
Carlos. Los días pasaron veloces, como los tacos de la tía maléfica cuando pelea con su(s) pololo(s) y arranca histérica de la discoteque, no sin antes dejar la cagá y derramar un par de tragos caros sobre los abrigos maricuchos de las colizoncitas que frecuentan esos sórdidos lugares, que con suerte hoy recuerdo…
Entonces, me encontré haciendo la hora en el Fausto, actualmente conocido popularmente como Susto, viendo el show impaciente. Recuerdo que vi entre el público a Claudia "cara de plato" Larson más acabada que nunca, expeliendo de entre su ser lagañoso, todo aquel veneno ácido que suele repartir entre sus feligreses colibríes.
Yo me sentía impetuosa, triunfadora y próxima a tocar el cielo con un miembro negro dentro mío, con un cuerpo sabrosón que al ritmo del hua mama me daría guaraca y me haría sentir mujer con mayúscula, o sea, MUJER (con un chillido estruendoso y agudo acentuando la E y arrastrando la R con la punta de la lengua en mi paladar campanudo).
Terminó por fin la discoteque; arrimé firme la cartera de marca pomposa junto a mí para resistir la embestida de la manada rosa-púrpura que se apresuraba por pedir sus cosas en guardarropía para esperar abrigaditas y perfumaditas afuera del antro, ver "lo que botó la ola", fumarse el pucho respectivo y copuchentear acerca de los dimes y diretes farándulos ocurridos durante esa noche, las anteriores y cualquiera en realidad, fuese verdad o mentira, lo único que importaba en esas circunstancias era el morbo y el cahuín o bochinche.
Salí presurosa, abriéndome paso entre la muchedumbre maricueca, entre aquel espectáculo zooforme que entre iguanas de puntas engeladas, cangrejitos ovalados, pumas y panteras atractivas, chanchos con antena y faisanes con mameluco se desarrollaba como de costumbre. Obviando aquellos trámites post carrete, abordé al primer taxista car'e buena onda y le pedí que me llevara por un precio módico hasta el hotel Marriott, que era el lugar de la cita matrimonial.
-Te espero en el Marriott a las 5:30 am del Viernes 25 (de Noviembre de 2005)- había proclamado y yo, obediente, sumisa, anideseosa e ilusionada, cumplía sin reparos y sorteando todos los obstáculos impuestos por el horario, la distancia, la plata y el "qué dirán".
Llegué al hotel, con palpitaciones estratosféricas, cardíacas y anales. Con el cuerpo y la mente regurgitantes y con el temor pobre de no ser aceptada de buenas a primeras en aquel lujoso hotel de la verbalmente manoseada comuna esa.
Me atendieron regio, y un botones agradecido de mi casi ausencia de equipaje, que consistía en un bolso de mano rasca que cargaba yo mismo como cartera de marca pomposa, me dirigió hasta la habitación estupenda.
Al llegar, Carlos me recibió con una gran sonrisa bella, dejando al descubierto su dentadura perfecta, adornada por labios "carne tipo V" y su gran histeria masculinizada. Sin mucho preámbulo me tomó del talle y me llevó hasta el escenario esperado con ansias por ambos. La cama nos esperaba estupenda, acogedora y complaciente para soportar el peso de nuestros cuerpos, más la pasión arrolladora que emanaba de ellos y nos envolvía tormentosa.
Los besos eran estremecedores, el ansia de llegar hasta el fondo de nuestras almas provocaba que ambas lenguas lucharan una contra la otra enredándose y contactándose de tal modo que la erección pasó a ser un adorno natural en esa situación íntima tan espléndida.
El momento cúlmine fue glorioso, ojos blancos, estrellas giratorias, cama de agua imaginaria, sábanas de seda, glamour, sexualidad, bestialidad, pasión, ternura, desgarro, despelote, lucha cuerpo a cuerpo, amor…


La madre: Ayyyyyy hiiijiiiii porqué no siguió.
 
posted by Vicente Moran at 3:22 p. m.
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