Aaayyyy los velatorios. Del que más me acuerdo es el de mi bisabuela. Era como una santa, chiquitita y bien españolá, aunque más chilena que porotos con longaniza de Chillán. Cuando se murió se junto la media tropa de gueones. Ví a mi primito casado, el mismo que me inicio en el arte amatorio de la pichulita (has un flash -back y borra el garabato). Así que el velatorio fue una verdadera fiesta. Recuerdo que terminé borracho y riéndome con los millones de primos y primas que tengo. Cuando fuí a ver a la "Chela" al cajón parecía brujita de porcelana y me dije: por la mierda Mama Chela, pa´que te muriste (así bien chulito). Caminé por la playa de antofagasta (mejor dicho entre los roquerios) y lloré un poquito. Después bailé unas cumbias en el velorio y al día siguiente la fuimos a enterrar entre gritos de urra y aplausos, ya que esa tatarabuela fue la mejor persona que he conocido. Una mujer que nació en el siglo pasado, que jamás estudió, que su padre marino la dejó botada con esa familia española cuica y malvada. Ella como cenicienta se casó ilusionada a los 15 años. Tuvo más cabros chicos que la cresta y le sacaban la mierda (su malvado marido) hasta por si acaso. En resumidas, la Chela fue uno de los seres humanos más iluminados e inteligentes que he conocido. Poseedora de esa brillantes de la cual yo aún soy un Neardental, simplemente una evolucionada. La última vez que estubimos juntos fue en Ayquinax, un pueblo altiplánico de la segunda región, donde se celebra una fiesta religiosa (como la tirana pero más linda). Íbamos del gancho detrás de la virgen de guadalupe, ambas devotas y puras, con nuestros tules de broderí y cantando "María en plenitud". En una de esas se me fue la mirada, porque un bailarín de piruetas acrobáticas pasó junto a mí, lanzándome una miraba ruborizante. Y mi bisabuela nada de pailona, me dice: cuídese hijo po, que no lo quiero muerto. Yo me reí complice con mi bisabuela y seguimos la procesión como bisabuela y bisnieta, algo así como la síntesis de la dinastía de las "Plazas (su apellido)", sólo que yo había nacido machito, por equivocación. Después nos fuimos a Antofagasta y nos despedimos en la playa tomando tesito con pan con mantequilla, ya que ella fue siempre muy humilde (por convicción y no por necesidad). Ambas frente al mar cagadas de frío y juntitas para abrigarnos. Ayyyy Chelita que no daría por estar así otra vez.
En cuanto a mi Velorio, quiero que mi novio me vista de rojo furia. Que me lave mis partes pudendas y me coloque harto fufume (perfume). Quiero que donen mi pichulita, para por lo menos ser mujer real en el ataud. Quiero estar llena de alajas (aunque no me de ni cuenta), como perlas y rubíes. Me encantaría que tocaran una milonga porteña y que los hombres ya no tubieran miedo de bailar abrazaditos y calentitos. Además deben estar todas mis amigas cotorras pelándome de lo bella y bífida que fui. De lo sarcástica y veleidosa y de paso que me cantaran: Pantera en Libertad todas gordas y feas. ¡Ah! y me moriría de cancer (a las mamas) bien delgada y estirada.
A mi esposo sé que lo mirarán con ojos deseosos las diabólicas y bellacas de mis contemporaneas, sin embargo, yo me encargaría que lo dejen tranquilo penándolas todas las noches.
Sé que será lindo, aunque le pediría a la energía (entíendase por Dios) que me otorge alas rosadas traslucidas y tornasoladas, para más bien ser como un hada linda y brillosa. También una buena voz para cantarle a mi esposo antes de que vaya a dormir (porque ahora canto como la mona) y eso no más.
Yaaaaa me voy. Y mañana veo la ortografía que ahora me duelen los ovarios. jajajaja