viernes, abril 28, 2006
Imagínense a un hombre despertando en la mañana con los humores caldeados de los sueños lunáticos de trasnoche. Con el entreceño corrugado. Los ojos fijos y el silencio característico de un hermoso cromañón. La boca plegada en un borde, cerca de la unión de los labios se aloja esa perseverancia o la meditación mística del monje iluminado. Sus pasos son livianos. De aquí para allá enrollando las ideas y moviendo sus grandes manos como artesano concebido. La primera palabra que emite en las mañanas es consensuada, a tal punto, que a veces es mejor dejarla guardada entre las hebras misteriosas de sus pensamientos.
Un día lo atisbé intrigado desde la puerta de la pieza. Dormía profundamente, aunque sin dejar de lado ese semblante extraño, de los que ni siquiera en el sueño dejan de buscar las respuestas. Me acerqué con movimientos felinos, para que no notara mi presencia y me senté a contemplar cada parte de su rostro: las arrugas finas de sus ojos, su cicatriz en la frente de belleza misteriosa, el ulular de sus largas pestañas y su boca siempre cerrada. Quise despertarlo, así que comencé a besar sus dedos y las líneas de la palma de su mano. Traté de leer mi historia junto a él; sin embargo, sólo pude ver en aquellas palmas rayadas una infinita paz. No despertó, aún cuando le dejé las manos mojadas con mi saliva.
En un momento sentí un apremio descontrolado e histérico. ¿Qué haría sin él, dónde se me iría, y que pasaría conmigo?. Me recosté a su lado y lo abracé muy fuerte. Su movimiento fue sonámbulo y sin abrir los ojos apoyo su magnífico cráneo en mi tórax. Todo tan anatómico, que calzaban como si hubiésemos sido prefabricados para ser un solo cuerpo.
Y me quedé pensando hasta que Morfeo vino por mí esencia y me dejé llevar al paraíso donde mi Jean se encontraba.
Un beso. Fue un beso y el más bello. Dormitando la pasión. Mis sentidos extasiados entre los fluidos salivares, que manaban de nuestras bocas. Un cariño carnoso entre lenguas re-conocidas. Una unión entre elementos no descubierta, que abre portales a sensaciones provenientes del nirvana.
Su mundo es extraño. La sintonía de sabio antiguo y gruñón está lejos de ser comprendida por mi más bien, racional modus operandis. Hay que creer que es de verdad, para eso se debe tocar, para entender que es de carne y hueso. Un ser mitológico aún no clasificado, que quizás está en peligro de desaparecer. Un animal peligroso, que no deja a medias las tareas, y que pelea testarudo ante mi ímpetu de libertad.
Es maravillo su mundo de quietud. Esa manera tan sutil que tiene de no hacer sufrir, de cuidar lo suyo celoso y apasionado. Potente y furioso, que quiebra las estratagemas de los villanos y te guía por los surcos de lo eterno.
En las noches antes de dormir siento su calor junto a mi cuerpo desnudo. Sólo así sé que duerme esta bestia maravillosa a mi lado. Cuento la inspiración y la espiración y espero jamás oír la expiración.
Vive mi amado Jean, vive que te necesito, lucha que te quiero ver ensangrentado, coronado con la fuerza de la tenacidad. Continúa en tu lapsus sincretista, que yo estaré ahí como magnetita afiebrada.
No hay más que decir, sino más bien enmudecer, tal ves así lograré entender más de este extraño y maravillo mundo de Jean.
 
posted by Vicente Moran at 12:40 p. m.
3 Comments:


At abril 28, 2006 7:25 p. m., Blogger .:: blackbird returned ::.

love is a splendours thing...


mmmmhhh (como un suspiro) ¿cuando podré escribir algo así a quién tu sabes o a otro???

y Jean, es Jean. Opuestos los dos pero muy complementarios. Enhorabuena!

Besos y nos estamos viendo
C.

 

At abril 28, 2006 8:12 p. m., Blogger Unknown

mmm, mi estimado: me alegra leerlo TAN sensible!!,, pero me salta una duda...
¿alguna introspección de caballero??
un gusto.
os..

 

At mayo 04, 2006 12:57 p. m., Blogger C.-

Puta, te pasaste para dejar romántico el ambiente
Ýo hoy (4 de mayo), cumplo felices 3 años con mi torito, asi es que ando en las nubes
Saludos fraternos