
No sé por qué nos cuesta tanto decir las cosas a la cara de las personas. Muchos creen que uno de los factores críticos es nuestro background cultural. Mientras yo pienso que es simplemente una falta de respeto a uno mismo. Quizás sea una mezcla de timidez, que comprendo bastante bien, y lo otro debe ser la poca valentía, aquella que nos frena cuando algo nos parece mal.
Siempre nos vemos enfrentados a conocer a personas con múltiples características, y desgraciadamente no todos poseen la dosis precisa de empatía y precisión, para poder ser benevolente con la diferencia y así comunicar en ciertas instancias, algo que no les gusta. Me he percatado que tenemos un miedo huevón a sentarnos con la persona involucrada y hablar de manera civilizada sobre lo que nos molesta. Simplemente no podemos y nos avergonzamos. Lisa y llanamente es abrir el corazón y dialogar. De hecho es más sencillo de los que parece. Sólo que no nos atrevemos y morimos en el intento, cuando en la práctica resuelve muchos problemas de la vida cotidiana.
La mayoría de las personas no intentan expresar sus sentimientos por aquel orgullo enraizado en su personalidad. Entonces les grito: como mierda quieren ser escuchados y comprendidos. En vez, la acción es optar por tragarse la masa amarga de sus emociones y acumularlas peligrosamente esperando, que exploten y todo se vaya a la chucha: se destruyen relaciones y se hieren hasta decir basta.
Nombraré algunas de las cosas que aborrezco cuando tengo un amigo, amiga o pololo:
1. Que no sepa escuchar cuando estoy hablando algo serio (a modo de autocrítica, yo debo escuchar más).
2. Que no sea capaz de decirme NO.
3. Que no me mire a los ojos cuando me hable.
4. Que sea incapaz de solucionar un problema hablando directamente conmigo y en vez me deje notitas diciéndome, que no le gusta.
5. Que deba ser yo el que deba abrir sus emociones.

Así que, por favor personas traten de mover un poquito esa lengüita y expláyense con el prójimo, con sus amigos, con sus novios y novias. Por ejemplo me he dado cuenta que en época de elecciones nadie quiere decir por quien votará. Es como hacerse el Huevón y así evitar que el amigo derechista o piñerista no sepa que uno es de izquierda. O cuando estamos con los padres y se evitan temas contingentes como las drogas, la sexualidad, la vida en general.
Simplemente siento que cada vez hablamos menos frente a frente. Ya casi no dialogamos con otro ser humano, sino que lo hacemos a través de máquinas (teléfonos e Internet, específicamente), y nos hemos vuelto tan irreales, que para enamorarnos, divorciarnos, follar, hacer el amor, y otras tantas tareas; simplemente precisamos de una conexión a la web.
Yo con mi novio trato de hablar siempre. Lucho para que se comunique conmigo por sobre la media. Por eso en la noche lo invito a dar un paseo por el barrio Brasil y Yungay. En aquellas caminatas le saco con tirabuzón lo que piensa de mí. Así conozco en que me equivoco y le hago ver en qué erra él. Talvez quisiera que fuese más abierto conmigo, y aunque me enrostre, que esa es su forma de ser, yo sé que uno siempre puede agregarle un ingrediente nuevo a su esencia. Es cambiar, evolucionar y tratar de ser un poco más asequible para los demás, especialmente con aquello que vivimos – sea por cualquier circunstancia – y amamos.

Hablen, dialoguen, conversen, parlen, falen, talk, speak.