Hace unos días leyendo un tratado de Budú topé con una receta de magia blanca, para que su hombre siempre piense en usted y en nadie más, especialmente cuando se encuentre lejos de su cuerpo.
Todo es bastante simple, sin embargo, debe ser hecho con amor y lujuria. Primero que nada debe estar desnuda y su cuerpo recien bañado y perfumado. Luego en la cocina y a la luz de velas aromáticas energizantes debe reunir los diferentes ingredientes.
1. Miel, azúcar morena, chancaca, chocolate amargo y dulce y vainilla (si no tiene de esos ingredientes podría hacerse con azucar blanca, aunque no daría mucho efecto, porque ahora no es tan dulce).
2. Además necesita un palito de sándalo, raulí, palo santo, y si no tiene ninguno de esos lo puede hacer con un palo de paleta no más.
3. Luego en el palo debe escribir el nombre de su amado y el suyo con algo caliente: un cuchillo o un cautín.
4. Introduzca el palito en el dulzor del frasco y regáleselo a su amado. Él pensará en usted todos los días con amor.
(El mejor resultado ocurre cuando prepara una mezcla de todos los ingredientes anteriores con un poquitín de su elixir amoroso, que entiéndase como sus humores o fluidos erógenos)
Aveces estas cositas funcionan cuando uno cree. Y como yo soy una sibarita de tomo y lomo, especialmente de las cosas dulces, siempre ando buscando como despertar la lujuria de mi hombre. Así es como la salsa de tomate la preparo con cocoa amarga y una pisca de cobertura de chocolate para darle consistencia. Y si usted, como es malvada como yo, también le puede agregar una pisca de páprika o de merquén. Las mas osadas usan rocoto en la preparación de unos bombones fulminantes, que dejan a su marido turuleque y con la cosa parada por horas persiguiéndolas por las piezas en busca de placer.
En mi caso los imperdibles son unos bombones de lúcuma con quinoa, que a mi marisco lo vuelven loco. Además cuando son derretidos en la entrepierna dejan una untuosidad delirante para hacer el amor.
Ya los dejo y espero que les vaya bien con el hechizo de amor Budú.