lunes, agosto 21, 2006
Cinco años y las cosas han cambiado. La línea cuatro está lista. Chile dice ser desarrollado y aún no se le da un pedazo de mar a Bolivia. Por mientras Jorge termina de trabajar a las 11 de la noche en la misma esquina, que lo hiciera su madre cuando aún estaba viva. Hace tres años Jorge se hace cargo de su casa y de sus hermanos chicos. La prueba de historia que no pudo dar, no le quitaron los sueños de encima. Así que su único vicio es comprarse libros en Lastarria, ahí donde locos y bohemios se mezclan en mosaico perfecto...

La clase de Economía deja con las neuronas atiborradas y cansadas a Julián. Afuera las micros no han cambiado y el plan transantiago fue un gran fracaso millonario. Mientras va camino a su automóvil se pregunta que mierda hace en esa carrera. La artes estaban vedadas para él. Los padres, exitosos gerentes, no se ven con un artesano entre sus filas. Sin embargo, un algo más oprime su corazón. Julián aún es virgen...

A la casa de la Pintana un aire cálido la inunda cuando Jorge llega y sus hermanos lo esperan con la comida caliente. El rol de padre no le cae bien. Come en silencio las lentejas que preparó la noche anterior. Lava los platos meditabundo y perdido en un mundo lleno de sueños. Saca un morrón y lo pica fino. Se corta un dedo y su hermana le pregunta qué le pasa. No le dice nada y le pide el arroz. El aceite caliente dora los granos de arroz. El agua hierve y el ruido que hace al entrar en contacto con el aceite lo saca de su aturdimiento. Mañana será otro día...

El sueño sicodélico lo lleva al pasado. Siente el olor de las frituras del mercado. Se sienta en la acera y un muchacho de rasgos prehispánicos se le acerca. Lo agarra por detrás y lo da vuelta. Quedan tan cerca, que el olor a sopaipilla penetra raudo por sus fosas nasales. Se erecta y el muchacho lo aprisiona aún más. Sus labios se rozan y las manos duras del extraño lo acarician. Siente los dedos enredados en su dorados cabellos. Despierta mojado, sudado y con el pijama manchado. Se levanta enojado y lava durante la madrugada la prenda con rabia e impotencia. Luego él también se baña durante dos horas seguidas. Decide que mañana irá a la iglesia...

El reloj se descompuso y despierta a las 6 de la mañana atrasado para llegar al trabajo. Despierta a todos y prende el televisor. Sus hermanos chicos pelean. Y del único baño su hermana aún no sale. Se pone furioso y les grita a todos. Jorge no alcanza a bañarse. Les deja preparado un pan a cada uno de sus hermanos con margarina. En la tele la Tonka, un poquito más vieja, dice que será mamá. Jorge llega al mercado y ve que su carrito está intacto. Se pone a freír. Se come dos y tres le da al manolo, que cuida los carros sopaipilleros durante las noches. Las horas pasan y el sol no se ve. La contaminación sigue ahí. Santiago aún es gris...

El celular de último modelo, los dos relojes y la nana se olvidaron que Julián tiene una cátedra a las 8 de la mañana. Despierta a las 9:30 y ya no hay nada que hacer. Está desazonado y con las ojeras marcadas por el sueño. Toma su coche y parte directo al centro. No toma la costanera. Está aburrido de pagar y demorar el mismo tiempo hasta plaza Italia. Decide lo inevitable y baja hasta José Miguel de la Barra. Quiere ir al Museo y ver las últimas exposiciones. El museo fue agrandado y ahora posee nuevas salas que corren subterráneas por debajo de la calle. Julián se siente sosegado. Algo en su interior le murmulla que ahí hay paz. Muchos ojos lo atisban y aunque la insipiente necesidad sexual no ha despertado se sabe apetecido...

Los trabajadores bajan a comer. A Pancho le faltan todos los dientes. El Negro tiene cirrosis, pero aún lo contratan para las excavaciones eternas de la ciudad. El Bicho está enfermo y se quedó en la casa. Al Tilo lo metieron a la cárcel por maltrato infantil y todos están tristes porque un accidente laboral se llevó al “Loco Maria”. La Maruja le pide pebre y Jorge sonríe por primera vez en la mañana. Le encanta que la Maruja con sus tetas falsas le coquetee. Le cuenta que la noche anterior se hizo 200.000 mil pesos acostándose con un embajador y dos directores de importantes empresas. El Jorge le cree. La Maruja debió se mujer por lo linda. Simplemente la naturaleza le jugó una mala pasada. La Maria Cahuín le está gritando y el no le presta atención. Le espeta que no es un pulpo y que tiene dos manos no más. Al final se da vuelta y sus ojos se encontraron con los de Julián. Lo reconoció inmediatamente. Antes de que Jorge le gritara, Julián dice que esperara. A Jorge no le queda más que hacerse el gueón y sigue atendiendo...

Sus ojos no se desvían de sus manos rápidas y arrugadas. Sigue cada movimiento felino. Se pregunta cual será su nombre. Un grito desde la otra esquina llega a sus oídos y observa que Jorge levanta la vista, sin antes desviarla y dejarla por un momento finito fija en los ojos llorosos de Julián. “Jorge”, y repite las dos sílabas trapeadas en su mente, para que nunca más se le olviden. Y después un codazo lo despierta. La María Cahuín quiere comprar, pero él está primero. Julián saca 200 pesos y se los pasa a Jorge. Jorge estira la mano temblando y los recibe evitando tocar las manos blancas de Julián. La Maria lo empuja de nuevo. Las manos chocan y ambos sonríen. Las sopaipillas estaban calientitas y crujientes. Le colocó mucho pebre y mostaza. Y aunque le picaba mucho y la boca le dolía, sólo quería quedarse ahí un rato más. Al terminar se despidió y el negro grito, que se fuera el cuico maricón. El Jorge le mandó un combo al voleo y le pidió que no le asustara la clientela, ya que era él el sustento de su familia. Ese día jorge volvió feliz a su casa y se puso hacer calzones rotos para sus hermanos...
 
posted by Vicente Moran at 8:48 p. m.
2 Comments:


At agosto 24, 2006 9:37 p. m., Blogger Unknown

ayy washi perri y que pasó al final?
se encontraron clandestinamente en la casa de la loca maria?
o un día en que los hermanos de jorge tenían que hacer la prueba simce se escapó julian de la aburrida clase de juego de negocios y se pusieron a jugar a la gallinita ciega?
cuenta cuenta quedé metia...
ta re buena la historia cariño!!
un beso desde el sur...
a ratos cálido
a ratos brumoso

caro

 

At agosto 26, 2006 4:43 p. m., Blogger Unknown

pero cómo!
malditos puntos suspensivos

almas tristes
ojos cansados

me gustan tus historias

tanto tiempo sin leerte
te dejo un abrazo