

Todo lo anterior lo amasa amorosamente, con paciencia y sin pensar en cabezas de pescado o pollos, porque sino se empala la masa y hasta ahí no más llegará. Luego cuando tenga entre sus manos una masa suave, amarillita y esponjosa, estírela con una botella de vinito a modo de uslero hasta que quede finita y corte rectángulos de 15 x 10 centímetros.
Relleno: fíele a alguien dos plátanos, aunque espero que el de la feria le regale uno, no importa que esté medio machucado y pasado, ya que con el fueguito se matan los bichos y hongos, y además que ni se nota. Entonces proceda a cortar en rodajitas el banano y colóquelo al centro de la masa. Y aquí viene la parte difícil, debe conseguirse mermelada, sino la conoce es una cosa que hacen con la fruta y azúcar, media cara eso sí. Así que le recomiendo ir a un supermercado y sacarse una a hurtadillas, esperando que no la pillen. Lo otro que puede hacer, sino desea cometer un robo, es recolectar en la vega todas las frutas posibles; las que están con tierra se lavan y listo, y las podridas se les corta lo malo y sirven igual. Las coloca en una olla – previamente debe hacer un fuego con palitos bien ardiente – y las cocina con poca agua y harta azúcar, y si no tiene azúcar cagó; mejor pensemos que se la consigue.
Volviendo con el rollito. Después sobre las rebanadas del plátano negro deposite una cucharadita de mermelada de tutti-frutti, con amor y sonriendo, para que salga alegre como usted el dulce del amor. Doble las partes laterales sobre el relleno y empolvoree con canela molida, azúcar, clavo de olor, y si no tiene ninguna de las cosas anteriores, así no más. Finalmente, para coserlas, se debe tener el fuego preparado de ante mano, primero cocinar a fuego fuerte por 10 minutos y luego apáguelo un poco con agua para que caliente menos, y deje los rollitos otros 5 minutos y listo.
Para terminar la tertulia le recomiendo unas hierbas silvestres del Mapocho, tiene que pegarse un pique hasta el Arrayán o más arriba y las encontrará. Hierva agua y coloque las ramitas y hojas en el fondo del tacho de lata y prepare la infusión con meditación.
Les aseguro que aquella tarde su hombre se enamorará de usted para toda la vida, más aún si todo eso lo realiza en un lugar tan emotivo y hermoso como son las riberas de nuestro magnífico e inigualable río Mapocho.
Suerte y espero que disfruten los Rollitos del amor.