Según algunos especialistas, los datos están medios añejos y por ende deberíamos ser los primeros, los “top-one” de Latinoamérica. Claro, nos picamos y un amigo me preguntó: ¿por qué crees que argentina tiene ese índice?. Y me fui pensando, pensando en como vivimos en función de la percepción del vecino. Nos hiere cuando no somos el ejemplo y nos apenamos cuando otro país es mejor en algunas cosas.
Ese tal índice es humano, y yo como no creo mucho las cosas que leo, me dije: ¿cómo chucha medirán nuestro desarrollo?. Al parecer ven nuestra educación, la cantidad de médicos, nuestra capacidad de lectura o intelectualidad, etc. Y me digo: ¿quiénes son ellos para decir que una persona criada dentro de la civilización occidental, es más que una criada por su familia en plena selva amazónica, sin ir a la escuela, sin tener internet, y que tienen como médico a la chamán de la aldea?. Entonces me da suspicacia. Pienso que aquel índice, nos preocupa más porque los argentinos están primero, más que por el real significado que posee.
Este índice de desarrollo, mide necesidades y características esenciales para el buen desarrollo de un humano. Entonces, aunque la mitad de argentina es pobre, quizás son más felices, tal vez leen más, ya que no todos tienen tele, o que sé yo. Realmente me importa poco como sean los argentinos, mientras no vuelvan a mandar al hoyo a su país, seguirán siendo mis hermanitos. A mí lo que me preocupa de Chile, es la manera en que explota a su gente; ya no hay ni tiempo para respirar en paz. Que trata a sus ciudadanos como máquinas, que alimenta a sus niños con papas fritas y pollo asado como lo más nutricional, que tiene a un montón de gente trancada en la pobreza, porque unos pocos no son capaces de soltar más plata.
Son tantos los problemas que aún hay, y son nuestros no de los vecinos. El índice sólo mide una parte del desarrollo humano, luego cada idiosincrasia debe identificarse con sus errores. Un ejemplo claro: dejar de ser egoísta y cabros chicos, y celebrar a los argentinos, que han demostrado que un ser humano puede ser pobre; no obstante, más feliz e íntegro que otro que posee más dinero, más lujos, etc....
El espíritu por lo visto no se nutre del desarrollo económico de un país. Si fuese por eso, pienso que casi todos lo países del primer mundo son subdesarrollados, con respecto a la nutrición de espíritu.
PD: aquí un argentinito, de aquello simpáticos.