
...Y la maldita belleza que engendra el odio odioso de querer obtenerla. Una bala fustigada y perdida en la cavidad oral rosada, salpicando sesos-maniacos, que desean la piel pegada al músculo. La belleza corpórea que evade a tantas criaturas sin piedad.
“ ¿Por qué existo?”, es la pregunta cacofónica que hace eco en tus sienes. Entonces dejar la nariz idílica para el cirujano, que no pudo arreglar más. O dejar las arrugas artemisas, en las manos de gigoló sin escrúpulos, que retoca las carnes trémulas, caídas y de shar pei de una vieja histérica, que ricachonamente, compra el neoamor en la esquina. Alquilar el cariño visceral, el roce a media luz y el glande ciego que la hará olvidar su cenit fisico-espiritual.
La belleza diluida en envases no retornables, para el triunfante que la gozó, mientras otros nacieron con el envoltorio roto añicos; miles de pedazos, rechazados en la sociedad de la maldita e inocua belleza.

Las lágrimas hemáticas cubriendo el tapiz sicótico de miles de recortes con los ídolos hipertrofiados y las ídolas anoréxicas; sin embargo, ellas sentadas con una mano en el gatillo y la otra agarrando la maldita grasa genética, que no se va; es parte de la herencia
...Y las manchas aceitosas, con el rompimiento de las neuronas bipolares, que aconsejaban lo inevitable, que luchaban heroicas y bizarras a sazón de la perfección jamás alcanzadas.
La belleza contemplada por algunos, la belleza anhelada y la belleza aborrecida por no ser parte de ella. La belleza de patrones esculpidos en adonis, con el narcisismo en botón nacarado a punto de eclosionar; ansias de arrancarlo, y enterrarlo, para que los desdichados puedan ser tocados.
Lepra contemporánea de ribetes mundanos y eléctrico, haciendo de “fashion” el verbo, que oculte las atrocidades dejadas por el espermatozoide perdido, que dio origen a almas castigadas, por doquier.

La belleza reflejada en cera y plástico de muñecos vestidos con trapos costosos. Desalmados y descorazonados, sin la sabia dulce del llanto de tres lágrimas de cristal. Aquellos de patrones idóneos llorando, con el moco tendido cerca de la línea alba, que jalada te hace ser más y más bello. Nunca estarás contento con los 50 kilos y los ojos azules, ni la portada mentirosa del glamour falsificado, buscarás lo que falta de belleza en el limbo ácido de la Diosa Azul.
Belleza escurridiza: ¿cuándo te convertimos en horror?, ¿en qué momento se estrecharon tus parámetros?, ¿por qué ya no eres heterogénea y mixta? Y ¿en qué momento me transformaste a mí en un crítico estúpido y orate de tu significado?.
PD: dedicado a todas las mujeres y hombres que no se sienten conforme con su cuerpo.